El Toldo como elemento arquitectónico de protección solar

Decimos que un producto arquitectónico nos provee “protección solar” cuando por sus características de instalación y uso protege al individuo y a los objetos de los rayos UV, del calor y de la luminosidad.

Cuando se habla de « protección solar », en realidad se habla de « protección a la radiación solar ». En efecto, el sol envía energía hacia la tierra en forma de ondas de distintas cualidades (calor, luz). Entre estas ondas se distinguen tres grandes familias de rayos solares: las ultravioletas (UV), la luz visible y los infrarrojos.

La radiación ultravioleta

Los rayos UV aceleran el envejecimiento natural de los objetos alterando progresivamente las superficies y sobre todo los colores. Al mismo tiempo, los rayos UV son perjudiciales para la piel y pueden provocar enfermedades. El interés de una protección consiste pues en colocar una pantalla entre el sol y la persona o el sol y el objeto. La media muestra que una lona de toldo de buena calidad bloquea entre el 90 y el 99% de los rayos UV.

Los rayos infrarrojos

Invisibles, los infrarrojos están desde que aparecen los primeros rayos de sol. Los infrarrojos calientan las materias sólidas y gaseosas y aportan una sensación de calor. Si bloquea los infrarrojos, regula el calor y, por lo tanto, la temperatura de un lugar, de un objeto o de una persona. La instalación de un toldo le permite limitar la temperatura en el interior de locales e, indirectamente, reducir el consumo de energía.

 

La luz visible

La luz visible es la parte de la radiación solar más sensible para nuestros ojos. Una intensidad luminosa excesiva puede provocar un deslumbramiento perjudicial para nuestros ojos. El objetivo de una protección solar consiste pues en disminuir los efectos de deslumbramiento. A través de un tejido, la luz visible influye sobre el ambiente luminoso de un lugar. En este caso, hablamos de coloración de la luz. Esta puede tener un impacto en la percepción del espacio en términos de dimensión, temperatura, etc.

Reflejo / Absorción / Transmisión

Cuando los rayos de sol tocan un objeto, o bien se reflejan, es decir que se reenvían hacia otro objeto, o bien los absorbe la superficie del objeto, o bien lo atraviesan. La suma de estas tres posibilidades da un cómputo igual al 100%. Para un tejido, de igual densidad, la parte de absorción, reflejo y transmisión varía según el colorido del tejido.

     
 
       
 
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